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La otra plaza de Loreto

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Si a cualquier persona de Cádiz nos preguntan ¿cuál es la plaza de Loreto?, todos pensaremos en aquella barriada tan querida de Puerta Tierra, pero igual nos encontramos con alguno que a la pregunta conteste como la canción diciendo "depende". ¡Cómo que depende!, pues sí, depende de a cuándo nos refiramos. Si hablamos del siglo XXI, efectivamente la respuesta es correcta, pero si cambiamos el orden de los números romanos para irnos al siglo XIX, la plaza de Loreto estaba junto a la plaza de San Francisco, cerca del callejón del Tinte. Vamos a situarnos un poco. Plaza de Loreto Hasta el primer cuarto del siglo XIX existía en la parte más cercana al callejón del Tinte de lo que hoy conocemos como plaza de San Francisco, donde hasta hace unos años existía un parterre y hoy hay dos grandes farolas, se encontraba la capilla de Loreto y en ella tenía su sede la Orden Tercera y la Esclavitud del Santísimo. Tanto esa capilla como gran parte del convento de San Francisco se encontraba

La plaza más rara de Cádiz

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Estaréis de acuerdo conmigo en que la plaza del Palillero tiene una de las formas más raras que puede puede tener una plaza. Es una especie de triángulo unido a otro más pequeño pero colocado en dirección contraria, vamos que el Palillero no tiene la forma habitual de una plaza, como puede ser San Antonio y Candelaria, sin ir más lejos. Es tan rara como la de San Francisco (anda, ya tengo tema para otra entrada del blog). Como os podéis imaginar, esto tiene una explicación, que además no se encuentra tan lejos en el tiempo. Plaza del Palillero en la actualidad En julio de 1936, los altercados provocados durante el golpe de estado terminaron incendiando varios edificios de la zona de Valverde, Barrié, Palillero, etc. La mayoría de los edificios dañados se repararon, otros se derribaron para volverlos a construir de nuevo, pero alguno de ellos desaparecieron para siempre ya que no se volvieron a levantar. Daños provocados por el incendio en edificio de la calle Valverde, cerca de la esqu

La calle donde vivía el inspector de aduana

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Más o menos todos somos conscientes de que cuando un buque llega a un puerto, sobre todo si procede de un país distinto a aquel en que está atracando, tiene que pasar los trámites de aduana. Estos trámites consisten básicamente en informar de la mercancía que trae en sus bodegas al inspector de aduana para que este compruebe la veracidad de la documentación y, en caso de que sea necesario, realice la correspondiente liquidación de impuestos por la transacción comercial que se está realizando. Cuando en 1717 Felipe V decide trasladar a Cádiz la Casa de Contratación, el tráfico marítimo entre la ciudad y las Américas crece de manera exponencial, ya que todo barco que llegue de aquellas tierras o zarpe hacia ellas, tiene que hacerlo desde el puerto de Cádiz. Evidentemente La Corona establece un impuesto sobre la mercancía que se transporta, por lo que es fundamental que los barcos, que en la mayoría de los casos en aquella época eran galeras, sean inspeccionados para comprobar que el mani